El darme cuenta de que por pura emocionalidad no pude dejar en su día, una relación de amistad/voluntariado tan nefasta y tediosa me hizo sentir triste. Y la tristeza es algo que me hace conectar con algo de mí que me hace cobarde, infantil y en ocasiones, me duele el cuerpo de sentirla.
Estos días estoy triste. No es por victimismo es que es la realidad. No es que llore por los rincones, ni tampoco quiera estar en cama todo el día, simplemente me estoy haciendo consciente de por donde me he dejado llevar por esa persona, así sin más, dejándome llevar y sin poner ni limites ni frenos. Ha sido una locura emocional.
El hecho es que mi intuición me lo decía y mi gente también: no es bueno lo que te está pasando con esta persona, piensa un poco antes de decirle que si, lo estás dando todo...¿No te das cuenta? Y no, no me daba cuenta y si lo hacía, lo negaba, ya que lo que yo quería era tener un vínculo y ayudar, pensando que así yo estaba más tranquila y podría dormir mejor. No miento en que había algo de egoísmo en ello, porque así la que sentía fenomenal era yo, intentando agradarme de tal manera que nadie pudiese decir nada de mí. Y volvemos a la aprobación de los demás, tan importante algunas veces para mí.
¿Qué aprendo de toda esta experiencia? Que aunque mi propósito sea bueno, hay personas que se aprovechan de ello. No quiero echar las culpas a esta persona ya que la responsable 100% soy yo, por no poner límites y por no poner el stop cuando debí, hace meses, cuando aparecieron los verdaderos problemas entre nosotras.
Lo que me dí cuenta en los primeros meses es en que no podía discutir nada ni opinar acerca del proyecto en común, esa persona no se dejaba aconsejar y quería hacerlo todo. De ahí luego surgió mi sentimiento de culpa al leer como se quejaba, muy en plan víctima y drama, de la situación. Sin saber que estaba ocurriendo ya que veía dos personas muy diferentes: la que veía cada semana y la que leía cada día en la red social, y eso, enloquece.
No em atreví a decirle que me parecía fatal que escribiese, en plan penoso, que no tenía ayuda alguna y se veia desvalida. Eso si, comentaba cien veces las cosas que ella hacia, como si sólo ella y solo ella fuera la principal y más importante del proyecto. Yo me quedé rezagada, aun sabiendo que gran parte económica la facilitaba yo, la parte de ayuda en red social también aparte de realizar mi volutnariado semanal sin faltas. Todo eso no servía de nada ya que dia a dia me encontraba con un escrito victimista y derrotista acerca del proyecto...Es obvio que no supe que hacer, en ese momento, lo mejor hubiese sido hablar claro y proponer soluciones a tal actitud tóxica pero no lo hice.
La cosa siguió y se volvió insostenible. Ayudaba cada vez más y hasta llegar a hacer algo tan importante como peligroso y que a día de hoy tiene repercusión en mi vida, salud y en mi casa. Después de eso, tomé por fin la decisión de poner punto y final. Se acabaron las vidas dramáticas, la desolación emocional, las mentiras, desengaños y la locura. Me negué en rotundo en seguir en esa linea de trabajo tan patológica, no era normal, nada era normal y por fín le eché ovarios y pude acabar con la historia.
Me costó seis meses todo esto que cuento y pude hacerlo, con ayuda de mi gente, con consejos y ánimos. No ha sido facil para nada y ahora, esa persona está fuera de mi vida para siempre. EL proyecto está fuera de mi mente y por desgracia también los pequeños pero sé que seguirán cuidados y protegidos.
Poner fín a relaciones tóxicas es francamente dificil para una persona con mi personalidad y poco a poco voy aprendiendo...No volverá a ocurrir y si ocurre, me daré cuenta enseguida.
